Mi hijo es un “bully”, ¿qué hago?

Hoy en día, las mascotas se han convertido en miembros indispensables de los núcleos familiares. Vemos a miles de familias paseando y tomándose fotos con sus hijos peludos en el centro de todo. No obstante, no siempre tomamos en consideración la gran responsabilidad que conlleva tener una mascota, especialmente un perro.

Vemos a los cachorros con una ternura inmesa — son lindos, suaves y juguetones; pero también son bebés. Esto implica que no tienen educación; no entienden lo que les dices, con qué se puede jugar, ni dónde se va al baño. Al integrar un cachorro a nuestro hogar debemos tener claro esto, más cuando tenemos niños pequeños. Se convierte en un hijo más al que, con paciencia, hay que enseñar todos los días, ya que su niñez dura mucho menos tiempo que la de nuestros hijos y su comportamieto se debe moldear desde temprano.

Este periodo de educación y entrenamiento puede ser complicado y retante para muchas familias, no obstante, es importante saber que con paciencia y tiempo se logra. Las travesuras no durarán para siempre. Los beneficios que puede tener una mascota en el hogar son múltiples y sobrepasan esa etapa de retos que traen al comienzo. Entre estos, se ha podido demostrar que:

Si estás contemplando traer una mascota a tu hogar, primero asegúrate que ningún integrante de la familia es alérgico. Luego discutan si es algo que todos quieren y están dispuestos a adoptar en amor y responsabilidad. Una vez están todos en la misma página, busquen información sobre las diferentes razas o sobre las opciones de la adopción para encontrar esa mascota ideal para completar su núcleo familiar.