La Importancia de la Rutina y el Sueño
en el Desarrollo de Nuestros Hijos
La palabra rutina muchas veces no se utiliza para describir algo positivo, sino que ha creado un falso sentido de que tenerla convierte nuestra vida en aburrida o cuadriculada. La realidad es que la rutina en muchos casos es inevitable pero también significativamente beneficiosa para nuestra salud, especialmente la de los niños y jóvenes en desarrollo. Cuando establecemos rutinas, creamos patrones de comportamiento en donde nos comenzamos a sentir seguros porque sabemos qué viene después y por ende, nos da un sentido de seguridad. Cuando hablamos de nuestros hijos, tener una rutina de sueño, horarios de comidas y tiempo de estudio y ocio, les ayuda a desarrollar confianza en ellos, minimizando el factor sorpresa, y fomentando un buen desempeño y mejor socialización en sus entornos familiares y sociales.
Entre estudio, trabajo y responsabilidades, muchas veces el tiempo se va volando, pero los patrones ayudan a tener un sentido de normalidad en el diario vivir. Uno de los factores más importantes al momento de establecer rutinas es el sueño. Dependiendo de la edad del niño, necesitan más o menos sueño. Tal vez es solo tiempo de noche, pero si aún toma siestas, también es importante tomarlas en consideración y a base de esos horarios, ir creando el itinerario que le sigue. ¿Por qué hacerlo basado en el sueño? Un buen patrón de sueño es esencial en el desarrollo de nuestros hijos. Privarles de horas de sueño puede desencadenar problemas de comportamiento y/o salud como irritabilidad, dificultad para concentrarse, hipertensión, obesidad, dolores de cabeza continuos, sistemas inmunológicos débiles o depresión. Según el American Academy of Sleep Medicine (AASM) la recomendación de tiempo de sueño por edad es la siguiente:
- Bebés (4-12 meses): 12-16 horas (incluyendo siestas)
- Niños pequeños (1-2 años): 11-14 horas (incluyendo siestas)
- Preescolar (3-5 años): 10-13 horas (incluyendo siestas)
- Escuelas elemental (6-12 años): 9-12 horas
- Adolescentes (13-18 años): 8-10 horas
Tomando esto en consideración analiza si actualmente tus hijos están teniendo suficiente tiempo de descanso, y si hay que hacer algunas modificaciones en los horarios. A la medida que van creciendo, se van complicando los calendarios con actividades extracurriculares, procura tener algunas pero evitando abacorar todo el tiempo del día de tu hijo. El tiempo de ocio y descanso también es esencial para el desarrollo de su creatividad y personalidad, ya que ese tiempo sin responsabilidades pre establecidas le darán la oportunidad de escoger qué quiere hacer basado en sus gustos y preferencias.
Otro factor importante que acompaña el tiempo de sueño es el espacio de éste. Debemos buscar crear espacios cómodos, libres de distracciones que puedan interrumpir este tiempo importante. Aquí les compartimos algunas recomendaciones para ese espacio:
- Limita las pantallas: Hoy en día el uso de dispositivos electrónicos es inevitable, se utilizan incluso en los salones de clase. Hagamos lo posible por limitarlos en su espacio de sueño para evitar alteraciones en su horario causados por la distracción. Esto incluye televisores, celulares, tabletas, videojuegos, etc.
- Iluminación: Baja la intensidad de las luces al momento de dormir. Algunos niños se sienten más seguros con algo de luz, opte por los “night lights” que emiten suficiente luz para darles seguridad pero son lo tenue suficiente para no interferir con su sueño.
- Temperatura: Trata de tener una temperatura adecuada y relativa con las cobijas que utiliza. Es decir, si usa aire acondicionado que tenga una temperatura media y que las cobijas provean el calor necesario para que no pase frío. Si usa abanico, que las cobijas sean más ligeras para que no pase calor. Los cambios de temperatura son factores claves en la interrupción y la calidad del sueño.
- Despeja la cama: Asegúrate de que la cama está despejada, dormir con muchísimos juguetes en la cama puede ser incómodo, puede tener un peluche o algo pequeño para proveerle seguridad pero fuera de eso, tener espacio para poderse mover con libertad y comodidad.
Si sabes que tu hijo está teniendo dificultad para conciliar el sueño o notas algunos síntomas en su comportamiento que pudiesen ser un signo de esto, consulta con tu pediatra a ver si una visita a un subespecialista o un estudio de sueño podría estar indicado.