¿Cuándo el videojuego se vuelve una adicción?
Si eres padre de de niños o adolescentes en el 2022, sabes que su niñez fue muy diferente a la tuya, en gran parte por la tecnología con la que se han criado. Érase una vez cuando salíamos a la calle con regularidad a correr bicicleta, jugar pillo y policia o jugar baloncesto en el canasto del vecino. Hoy en día, aunque aún se dan estas dinámicas a menor escala, es más probable que veas a tus hijos hablando con sus amigos de manera digital a través de sus dispositivos o de los mismos videojuegos.
Vamos a ponerlo así, el 3 'pa 3 que jugaban antes en la cancha, hoy lo está jugando en un partido de FortNite.
Aparte de las implicaciones físicas que esto trae, al eliminar por completo la actividad física del juego, hay otros factores que han levantado preocupaciones entre padres relacionado al tiempo que le dedican a estos juegos y los visibles cambios de actitud a costa de ellos.
Aunque en Estados Unidos aún no existe un diagnóstico oficial, la Organización Mundial de la Salud sí reconoce el
Pero, ¿en qué momento debes preocuparte? Al momento que notes que hay un cambio significativo en actitud y hábitos. Estas son las señales a monitorear:
- Se pone triste, agresivo o molesto cuando no se le permite jugar.
- Se le dificulta parar de jugarlo. Se siente nervioso y ansioso si se le imposibilita jugar. (puede llegar al panico)
- Ya no está interesado en otras actividades o juegos que solía disfrutar.
- Miente al momento de decir cuánto tiempo lleva jugando.
- Hay un deterioro significativo en diferentes áreas (social, laboral, academica y/o familiar) y muestra malestar emocional por un periodo de 12 meses.
- Persiste el uso excesivo de los videojuegos a pesar de enfrentar consecuencias negativas.
- Cambios negativos en alimentación y pobre higiene.
Si ya su hijo presenta algunos de estos comportamientos, consulte con su pediatra cuál debe ser el curso de acción. Es importante notar, que no es condenar el videojuego, al igual que tienen su lado negativo, tienen otro muy positivo, en especial en el tiempo de cuarentena que vivieron nuestr@s niñ@s por casi dos años. Muchas veces, estos mismos videojuegos fueron la forma de socializar entre amig@s y pasar ese tiempo encerrados, lo que en sí pudo haber sido beneficioso para el desarrollo social de su hij@. Lo importante es poder desde un comienzo establecer las guías de uso dentro de su hogar. Estas son algunas de las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría:
- Establezca una rutina de actividades diarias para su hijo donde se incluya la escuela, las tareas, ejercicio, comidas, tiempo en familia y luego un tiempo determinado para que pueda jugar sus videojuegos si así lo desea.
- Monitoree los juegos y aplicaciones que su hij@ descarga para saber su temática y políticas de privacidad. Muchos de estos juegos contienen mensajes ocultos, son violentos y/o recolectan información personal del usuario.
- En la medida que sea posible, trate de mantener su dispositivo de juego en áreas comunes donde pueda ver su actividad.
- Aproveche para encontrar un gusto en común. Trate de aprender a jugar sus videojuegos preferidos para compartir tiempo juntos y entender de qué se tratan.
- Sea proactivo en fomentar otro tipo de juego u actividad fuera de los dispositivos. Muchas veces los niños recaen en videojuegos por aburrimiento.
Recuerde, el videojuego es una diversión y un escape, pero su propósito no es reemplazar todas las demás actividades que su hij@ debe realizar. Al momento que esto comienza a confligir con el tiempo en familia y sus responsabilidades, es momento de tomar acción y pedir ayuda con su pediatra.