Aumento de Ataques de Ansiedad en Jóvenes
En la última década hemos visto un aumento en el diagnóstico de ataques de ansiedad y en el tratamiento de ansiedad crónica entre jóvenes. Si bien es cierto que el esfuerzo de concienciación de la importancia de la salud mental ha ayudado a poner esta condición y este diagnóstico en perspectiva, también hay unos detonantes sociales que han causado un aumento en el nivel de ansiedad que sufre la juventud.
Según la Academia Americana de Pediatría, 1 de cada 3 adolescentes entre las edades de 13-18 años puede padecer de ansiedad. Aunque no se puede atar una causa directa a este aumento, si hay factores que han cambiado drásticamente el estilo de vida de las nuevas generaciones.
Recomendamos a los padres que hablen bastante con sus hijos, aunque aún no entiendan, para que vayan familiarizándose con el lenguaje. Puedes seguir los siguientes consejos:
- La llegada del Internet: el tener la información en nuestras manos tiene un lado positivo debido a que podemos encontrar todo lo que buscamos en el momento que lo necesitamos y nos enteramos de lo que pasa a nivel mundial con más facilidad. Pero así como nos enteramos de lo bueno, también tenemos visibilidad de todo lo negativo que ocurre en el mundo: desastres naturales, terrorismo, guerras, matanzas, corrupción, etc. El impacto de todas estas situaciones en la salud mental de jóvenes que aún están en desarrollo puede ser abrumador.
- La presión de las redes sociales: su entrada a nuestra vida revolucionó la manera de socializar. La conexión en redes sociales hace que la vida de todos los conocidos sea pública y esto puede resultar en una presión social inevitable de querer competir, lograr más, o tener más aceptación, lo cual puede tener un impacto dañino en la autoestima de los jóvenes que no logran alcanzar lo que sus otros compañeros hacen, o que no se sienten bien si no tienen un filtro que distorciona sus apariencias físicas, etc. Además, está el factor del “bullying” en el cual las redes han servido para aumentar la visibilidad de las burlas, creando una especie de coro que puede resultar en un trauma aún más grave para la víctima.
La educación masiva sobre la salud mental y la ansiedad puede a veces sonar trillada para las generaciones mayores, y llevar a las personas a llamarle “changos” a los niños al no entender los cambios y la realidad actual de nuestro jóvenes. El mundo en el que ellos viven es muy diferente al que vivieron sus padres y cuidadores mayores. La realidad es que la ansiedad puede tener consecuencias graves más allá de un ataque de ansiedad — también puede llevar a la depresión. Estas condiciones de salud mental afectan la habilidad de concentración de los jóvenes, lo cual muchas veces se refleja en un desempeño académico pobre y a llevar a un joven al uso de sustancias para tratar de lidiar con sus emociones.
¿Cómo puedes saber si tu hij@ padece de ansiedad?
Aunque muchos niños ya son más vocales sobre su salud mental y podrían sentir la confianza de decirlo, muchos otros no lo van a saber identificar y le toca a los padres estar alertas a las señales. Éstas pueden ser:
- Miedo o preocupación constante en rutinas de todos los días
- Cambio de comportamiento y/o irritabilidad
- Evitar ciertas actividades o lugares
- Desempeño académico pobre
- Problemas para dormir
- Dificultad para concentrarse
- Quejas de síntomas físicos como fatiga, dolor de cabeza o dolor de estómago
- Consumo de sustancias
El no prestar atención a los síntomas o simplemente pensar que el joven los superará con el tiempo no es una decisión responsable, ya que en muchas ocasiones la ansiedad es producto de unos “triggers” o detonantes específicos que se pueden controlar y que se pueden trabajar mediante diálogo y terapia y/o con medicamentos ansiolíticos si ya es una condición crónica. Si no prorizamos el manejo de esta ansiedad, estamos en riesgo de que se den ataques que pueden agravar la condición. A continuación, los síntomas que debes conocer de los ataques de ansiedad:
- Palpitaciones cardiacas aceleradas
- Dolor en el pecho
- Dificultad para respirar
- Boca seca
- Sudoración
- Escalofríos o sofocos
- Temblores
- Hormigueo
- Naúseas o malestar estomacal
- Debilidad y/o mareo
De identificar algún síntoma de ataque de ansiedad, acuda a una Sala de Emergencias Pediátrica donde lo puedan asistir. Hable con sus hijos y esté pendiente a cambios de comportamiento o señales de que esté sintiendo ansiedad; la comunicación y la confianza son claves en el desarrollo de nuestros hijos. Su pediatra también será aliado en poder indentificar cualquier indicio de ansiedad para poder trabajarla ya sea a través de terapia o con medicamentos para lograr un desarrollo y una educación exitosa.