Hoy en día, las mascotas se han convertido en miembros indispensables de los núcleos familiares. Vemos a miles de familias paseando y tomándose fotos con sus hijos peludos en el centro de todo. No obstante, no siempre tomamos en consideración la gran responsabilidad que conlleva tener una mascota, especialmente un perro.
Vemos a los cachorros con una ternura inmesa — son lindos, suaves y juguetones; pero también son bebés. Esto implica que no tienen educación; no entienden lo que les dices, con qué se puede jugar, ni dónde se va al baño. Al integrar un cachorro a nuestro hogar debemos tener claro esto, más cuando tenemos niños pequeños. Se convierte en un hijo más al que, con paciencia, hay que enseñar todos los días, ya que su niñez dura mucho menos tiempo que la de nuestros hijos y su comportamieto se debe moldear desde temprano.
Este periodo de educación y entrenamiento puede ser complicado y retante para muchas familias, no obstante, es importante saber que con paciencia y tiempo se logra. Las travesuras no durarán para siempre. Los beneficios que puede tener una mascota en el hogar son múltiples y sobrepasan esa etapa de retos que traen al comienzo. Entre estos, se ha podido demostrar que:
- Desarrollan sentido de responsabilidad: el tener que cuidar a una mascota ayuda a que los niños desarrollen un sentido de pertenencia y responsabilidad. Comienzan a entender que sus acciones diarias son esenciales para la vida de otro ser. Se recomienda que los padres incentiven a involucrarse en responsabilidades aptas para su edad. Por ejemplo, si aun es muy pequeño para sacar la mascota a pasear, puede echarle la comida en el plato.
- Empatía y compasión: dentro del proceso de cuidar y educar a una mascota, el niño comienza a entender la importancia del afecto y el tratar a un ser vivo con cuidado y cariño. Esto luego se traduce en empatía y compasión hacia el prójimo y otros seres vivos.
- Más felicidad y menos estrés: varios estudios han comprobado que la interacción con una mascota ayuda a bajar los niveles de cortisol, minimizando el estrés, y a elevar los niveles de serotonina y dopamina, aumentando la felicidad.
- Aumento en actividad física: hemos visto que las nuevas generaciones tienden a ser menos activas que las pasadas debido al uso constante de la tecnología. No obstante, el tener un perro puede contrarrestar esto por el constante juego y la necesidad de sacarlo a pasear.
- Menos riesgo de desarrollar alergias: La presencia de una mascota en la casa antes de que el bebé llegue a la casa puede ayudar a evitar alergias en ese bebé en el futuro. Los bebés que son expuestos a mascotas desde temprana edad, han demostrado ser más resistentes al desarrollo de alergias. Esto debido a que la exposición a alérgenos que vienen de la piel, saliva, caspa, orina y alrededores de la mascota ayudan a fortalecer su sistema inmune.
Si estás contemplando traer una mascota a tu hogar, primero asegúrate que ningún integrante de la familia es alérgico. Luego discutan si es algo que todos quieren y están dispuestos a adoptar en amor y responsabilidad. Una vez están todos en la misma página, busquen información sobre las diferentes razas o sobre las opciones de la adopción para encontrar esa mascota ideal para completar su núcleo familiar.