Hidratación: Clave para l@s niñ@s durante el verano

Hidratación: Clave para l@s niñ@s durante el verano

Llegó el verano — los días libres, la actividad física y, sobretodo, el calor. En Puerto Rico, se experiementan temperaturas que sobrepasan los 100ºF desde mayo. Los medios han advertido sobre los golpes de calor y han hecho llamados para mantenerse en la sombra e hidratados. Pero, ¿cómo exactamente afecta el calor o la actividad física el nivel de hidratación de nuestro cuerpo? y ¿cuáles son las posibles consecuencias?

Nuestro cuerpo se hidrata a través del agua que consumimos y el agua que puedan contener los alimentos que ingerimos. Perdemos agua a través de los pulmones, la orina y el sudor. En el caso del sudor, se trata de una reacción natural en la que nuestro cuerpo busca regular la temperatura interna de nuestro cuerpo a medida que sube. Es por esto que al ejercitarnos o exponernos al calor, sudamos más. Durante el verano, se dan dos factores: por un lado, el clima es más caliente, por lo que puede provocar más pérdida de líquido; en segundo lugar, los niños, por lo general, comparten más entre sí, ya sea en campamentos u otras actividades en las que aumenta la actividad física y la posible exposición al sol.

La pérdida más acelerada de líquido puede provocar deshidratación. Conocer los síntomas de la misma es crucial para poder atenderla y evitar una visita a la Sala de Emergencias. A continuación, un listado de posibles síntomas por edad:

Bebés

2-12 años

Adolescentes

Aunque la hidratación es un tema relevante el año completo, durante los meses de calor intenso, es de suma importancia. A pesar de que contamos con un sinnúmero de opciones de bebidas, el agua es esencial. Enseñarle a nuestros hijos a ingerir agua consistentemente en lugar de optar por opciones azucaradas, es responsabilidad de los padres. Más allá de los síntomas visibles de la deshidratación, las complicaciones pueden ser graves. El agua es crucial para el funcionamiento adecuado de todos los órganos del cuerpo, lo cual significa que la deshidratación podría resultar en problemas graves como el fallo renal, el daño cerebral e, incluso, la muerte.

En el caso de los bebés, la leche materna está compuesta de casi un 90% de agua, por lo cual no es necesario darles agua adicional. Pero los niños más grandes, debemos asegurarnos de que siempre tengan una botella de agua disponible y fomentarles la ingesta continua. En cuanto al calor, se les debe limitar la exposición al sol por tiempo prolongado en las horas pico del día y evitar la ropa pesada y abrigada que les pueda elevar la temperatura del cuerpo.