Cuándo hablo con mi hij@ acerca del “vaping”
Cuando se trata de nuestros hijos, el instinto siempre será cuidarlos de todo mal. Cuando son pequeños les inculcamos que no hablen con extraños, que nos dejen saber si alguien les hace daño, etc. Cuando son pre adolescentes, les hablamos sobre la pubertad y los cambios físicos y es entonces alrededor de los 13-15 años donde comunmente se comienza hablar sobre la sexualidad y las drogas. Lo que no sabemos es que hacerlo a esa edad, puede resultar muy tarde.
Temas que por décadas han sido un tabú, se hacen realmente relevantes a una edad más temprana con los avances en la tecnología. Si bien es cierto que existen controles para moderar el contenido que nuestro hijos consumen en el Internet y sus dispositivos móviles, también es cierto que muchos padres desconocen cómo activarlos, y qué información comienzan a recibir por parte de sus círculos sociales.
Una de las tendencias más recientes es el uso de cigarrillos electrónicos o “vaping”. Desde la década de los 90’s se comenzó una campaña global en contra del uso de los cigarrillos por los efectos letales que pueden tener en nuestra salud. Parte de estos efectos se le atribuían a la inahalación del humo y el efecto del “second hand smoking” en los que rodeaban a ese fumador. Con el fin de eliminar esa parte del problema crearon los cigarrillos electrónicos hace algunos años. No obstante, estos aparatos pueden contener nicotina y sus efectos también tienen consecuencias, en especial cuando se trata de adolescentes en pleno desarrollo.
Un estudio de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), reveló que un 22% de estudiantes de escuela intermedia y superior en Puerto Rico han usado cigarrillos electrónicos y/o vaporizadores alguna vez en su vida. La mayoría de estos estudiantes lo utilizan con nicotina, aunque hay una menor porción que los usa con marihuana o cannabis medicinal. La mayoría los probó entre los 14-15 años de edad.
Es crucial que nuestros hijos entiendan el efecto dañino que pueden tener estos aparatos electrónicos, ya que aunque no tienen el factor del humo, si pueden contener altos niveles de nicotina, una sustancia adicitiva y otras que son cancerígenos. Además, el consumo recurrente de la nicotina en jóvenes en desarrollo ha demostrado que puede alterar su cerebro afectando su habilidad para aprender y haciéndolos más propensos a desarrollar adicciones en el futuro.
Los doctores recomiendan hablar con tus hijos entre los 5-7 años de edad, o antes de que lleguen a la pre adolescencia donde comienzan a estar expuestos a estos productos y comportamientos ya sea en sus escuelas, círculos o en el mismo contenido que consumen a diario en los dispositivos móviles.
Si ya su hijo es adolescente y sabe o sospecha que utiliza estos aparatos, el consejo es que no los enfrenten con coraje o regaños. Lo mejor que pueden hacer es escucharlos, entender el por qué la decisión de utilizarlos. Aunque puede haber algo de presión de grupo, también pueden haber razones psicológicas como estrés y ansiedad. Conocer la razón de su uso te puede dar un mejor curso de acción en términos de dejarle saber las consecuencias del mismo.
Consulta con su pediatra si una visita al psicólogo es recomendable o cuál es el mejor curso de acción para lograr que se abstegan de estos aparatos.